viernes, 8 de octubre de 2010

Mi amigo el Güero

En nuestro México es muy común suplir el nombre del pila de nuestros cuates, vecinos, familiares o compañeros de trabajo por los ya clásicos apodos; de ley usted amigo lector, debe de conocer en su muy selecto círculo social en el que se desarrolla diariamente a un "Chino", "Pelón", "Gordo", "Negro", "Pelos", "Enano" o el clásico de clásicos: "El güero"...

Nos detenemos en ese apodo para conocer y platicarles de mi amigo "el güero", que a fuerza de ser sinceros es fecha que no sé cómo se llama a ciencia cierta, las leyendas urbanas dicen que realmente se llama Beto, otros Alberto, y los que juran conocerlo desde la cuna afirman tal cual Mizada Mohamed al momento de dar sus horóscopos, que el güero se llama así: el güero...

La cosa es que "El güero" es mi vecino, y de unos años a la fecha parlamos de fútbol, la inseguridad de la colonia y de su poderoso triciclo azúl turqueza con coquetos tropiezos de óxido en varias partes de su cuerpo de tubos, bellamente adornado con su buen par de cuernos al frente de su todocamino y un retrovisor con cristal que combina de manera sutíl su fino cristál cortado con pedacitos de hiurex, como podemos ver mi amigo el güero es todo un lord que se habla de tú con la clase y el buen gusto.

Su ocupación va de la mano con su refinado entorno: elabora muñecos de plástico en una fábrica clandestina, tan clandestina que su pago a veces suele ser inexistente, pero él sigue ahí porque no gasta en pasajes, sale a las 3 de la tarde y cada que lo mandan por un encargo le dan 20 pesos para unas galletas y su buen refresco, sin duda, una propuesta económica laboralmente hablando que usted, estimado lector, dudo mucho que rechazaría.

En uno de mis encuentros con mi amigo "El güero" me platicaba que recorre en su triciclo distancias que sólo drogado yo recorrería, pa no hacerles el cuento largo se viene aventando a pura pedaleada limpia sus buenos 25 kilómetros, no, no exagero, así de intrépido y temerario es mi amigo "El güero", tan pedero y seguro se siente en su poderoso triciclo que no duda en írsele cerrando a los microbuseros, ¡ ese es un hombre y no pedazos !... En uno de esas carreras de gladiadores romanos del 2010 me platica, que alguna vez se le cerró tanto un microbusero que le clavó uno de sus cuernos en toda la parte frontal de su unidad, no, no, no... yo desde que Zague falló un gol cantado en contra de Noruega en el Mundial de 1994 no me sorprendía tanto con una mamada ajena a mi capacidad de asombro...

¿Quieren saber más del güero?... "El güero" tiene como unos 9 hijos y no tiene mujer, razón por la cual se da licencia de comprar su buen periódico "El Gráfico" para checar damas de compañía que estén al alcance de su bolsillo y de su buen gusto para satisfacer sus necesidades de hombre, digo, está en todo su derecho, aunque a fuerza de ser sincero espero que la chica que él elija a cambio de 60 pesos esté bien vacunadita, porque mi amigo, entre sus múltiples cualidades, no está la de bañarse muy seguido, y de los dientes mejor ni hablamos, tiene más capas que el Santo, pero él las tiene de sarro, una chulada!!!!...

Sin duda, para que su vida adquiera un sentido y una razón debe de conocer a mi amigo "El güero"...

Foto histórica: Año del caldo / El primer triciclo de el Güero

UNA DE TAXISTAS:

Y ya de salida les cuento algo que me surrá las orejas, cada que uno aborda un taxi le ruego a Dios no toparme a un chofer con su pinche radio hablando con sus compas pura pendejada, dicen mucho y a la vez no dicen nada, y pa acabarla de amolar su radio produce una frecuencia tan estruendosa que en lugar de escuchar tienen que descifrar las jaladas que se dicen entre ellos; para usted amable ciberlector que ha tenido la fórtuna de esquivar a estos ruletas representantes de Cervántes en frecuencia hertziana y desconoce de lo que le hablo, aquí le dejo un pequeño texto de sus singulares diálogos que se avientan (cuando lea los diálogos imagine a la par un pinche ruidito molón todo el tiempo)

Mi taxista: Voy a la 3 con cuatro apenas saliendoooooo...
Otro taxista: Muy bien parejita... échale puro guacamoleeeee...
Mi taxista: Hay voy que se me vuela el chongooooo...
Otro taxista: Sale pues, vamos avanzando y vámonos derechoooosss...
Mi taxista: Estás de a 8... vámonos pues, a dar buen serviciooooo...

Y así todo el pinche camino ¡es para volverse chango!... que esto que el otro fue un placer haber estado con ustedes, abrazo y nos seguimos leyendo, y ya me voy ¡¡¡ antes de que se me vuele el chongooooo!!!!

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