miércoles, 29 de septiembre de 2010

Lo molesto con su pasaje joven!!!

Ahora sí, de manera oficial les presento mi primer texto de este bonito sitio, muy moderno, funcional y bastante coqueto, porque les he de ser sincero que las historias anteriores son de mi myspace que cada día es superado de fea forma por el twitter y las mariconadas del facebook, así que antes de que me lleve entre las patas el olvido del myspace me mudo con los bloggeros...

En fin, dicho lo anterior permítanme generar contenido barato en sus vidas con algunas de mis historias cotidianas que me han pasado factura a lo largo de mis 29 años de vida y que se mantienen frescas en mi mente, como esta primera que les cuento, tomen nota:

* "Lo molesto con su pasaje joven": Desde aquél lejado 2005 que su servidor empezó a ser considerado como persona economicamente activa, para efectos de la Secretaría de Hacienda, pues empecé a sumárme a la irracional ola de consumismo a lo puro menso que hace y hace más grandes las arcas del capitalismo tan manchego que tenemos, pero ¿qué les digo? uno que es producto de la clase media aspiracional  y que se da cuenta de repente que en su billetera lo que hace bulto ya no son estampitas de los rufles, tarjetas del metro, pruebas de perfúmes caros, calendarios con todas las líneas del metro, tazos y fotos de la familia, si no que POR FIN lo que ocupa espacio en su cartera con el escúdo de las Chivas son billetones que te dan la posibilidad de transformarte de ser un simple espectador detrás de un aparador, a entrar a la tienda y preguntar si el objeto del deseo está a la venta en abonos chiquitos...

En fin, entre esos "objetos del deseo" que por años se sueñan y que por momentos se está al alcance de tus manos está un carro, es correcto, el sueño de más de uno que ya gana varo es: comprarse su carrito; para así decirle adiós a las colas (me refiero estrictamente a las congregaciones groseras de gentesss que esperan por el transporte público formaditos en fila) tambor olvidarse de los ambulantes, arrimones de rifle, robos hormiga, cáfres del volante que piensan que transportan marranos en lugar de pasaje, en fin, olvidarse de todo ese mundillo que encierra el transporte público y cambiarlo por la comodidad de un carro, tu propio carro, para así echar rostro, salpicar a los pobretones que esperan micro en el parabús con agua puerca de charcos, recorrer Tlalpan con total decisión de pararte donde quieras para ver la mercancía y no estar atenido a las subidas y paradas del micro que te lleva ¡ no más !...

Bajo esos pensamientos su amigo el Papayas visitó por vez primera una agencia de autos con el objetivo de elegir el auto de su agrado y no sólo para entrar a ver a las señoritas de curvas bien definidas bailando chabocho a ritmo de la música tropical que se dispara de unas bocinotas con el fin de atraer al potencial consumidor de una nave; bueno, yo ya estaba dentro de esa agencia de Chevrolet, buscando el auto que fuera con mi estilo de vida, austero pero con onda, pequeño pero chispa y de 5 puertas para vender los fines de semana arroz con leche, flanes y gelatinas de temporada, por aquello de las entraditas extras; pensar en una Suburban Diamond Edition era cosa de locos, pensar en un Chevy era la opción y más aún cuando mi simpática y bien comida vendegorda me dijo: "con 10 mil pesos de enganche la semana que viene usted tiene ese Chevy negro que siempre ha soñado"... Cuando escuché esa dulce frase, rápido se posicionó como lo más grande y feliz que había escuchado hasta ese momento en mi vida, ya ni quien se acordara de la sensación de bienestar que en su momento me provocó el escuchar a mi maestro de cálculo integral decirme: "pasáste con 6 el exámen extraordinario, no sé como le hiciste pero no te vas a segunda vuelta"... Yo salí feliz de esa agencia, aunque mi regreso a la siguiente semana deparaba algunos cambios en el plan de vuelo original....

El viernes previo al sábado de gloria que sería poder pagar mi enganche y regresar a casa con mi cochezote nuevo parecía no tener fin, y más cuando ya tenía en mis manos los 10 mil pesotes del enganche ¿qué podría salir mal? un infarto fulminante a mi vendegorda era una opción, ya que su grueso cuerpo y malos hábitos alimenticios la hacían una potencial víctima de esa fea situación, pero no, no pasó naranjas, porque ese día ella estaba allí, metida como ratón en su cubículo, al menos estaba viva, me acerqué a su lugar de trabajo y le dije que ya traía la pachocha ¿ónde firmo?... la vendegorda un tanto cuanto apenada me dijo que perdónnnn, pero que la matríz no le mandó mi precioso y soñado Chevy negro, pero ella SIN FALTA SE COMPROMETÍA  a mandarlo traer el próximo miércoles, si no, se ponía a dieta...

Ya un poco desilucionado y con los 10 mil pesos en el calcetín no sabía qué hacer, porque entre esos 10 mil pesos estaban 20 pesitos pa mi pasaje de regreso pero ¿ónde me sacaba toda la papeliza? ni modo que enfrente de la gordota o en plena sala de exibición, ¿qué iban a pensar los ahí presentes, que me escondo el dinero tal cual obrero después de rayar y que no soy más que un ordinario sin clase? entonces me paré y como dirigido por Dios me fui a los baños del Walmart que estaba a ladito de la agencia de autos para sacar el varo suficiente como pa regresar a casa, la cosa es que mientras estaba en un retrete sentadito, con algo de paranoia por no ser descubierto por algún pillo que me quisiera arrebatar mi fortuna mis orejotas escucharon: "A toda nuestra clientelaaaa le recordamos que todas la consolaaaaas de videojuegos tienen un 25% de descuento pagando en cajaaaaa"... Caray, 25% de descuento en una consola de videojuegos que pa ese momento valía como 4 mil pesos, pero para el varo que traía en mi calcetín la cifra parecía cosa de niños, entré en un dilema: un carro vs una consola, adiós tetris de a 45 pesos que hacía más leves mis viajes en metro, y ni que decir de las revistas de sopa de letras... Digo, 4 mil pesitos, me sobrarían 6 mil, me aguanto hasta la otra quincena y ¡ listo !, arreglado el asunto como buen mexicano pos me entregué al placer de comprar cosas que ni se necesitan pero ¡ a que chingón es comprar esos lujos a los que ni estás acostumbrados pero faroleas como latotas de helado "Häaggen Dazs" o las temporadas completas de "Friends" (una serie que ni veía) y demás frivolidades!!!... y así, ese seductor recorrido entre los pasillos del Walmart terminó con 2 mil pesos, ¡¡¡¡pero en mis bolsillos!!!!, me chuté en una entrada 8 varos que se fueron como el agua entre las manos y que me han condenado hasta la fecha a escuchar cada mañana el agrio y frustrante: "Lo molesto con su pasaje joven"



1 comentario:

  1. Tal vez era el destino papayas, entregaste tu alma a Bill Gates y no ayudaste a rescatar a General Motors de la bancarrota, ni uno ni otro.

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